Cuatro Anillos, Un Vacío

El Último Tiro que Nunca Llegó

He pasado años construyendo modelos predictivos para los playoffs de la NBA. Mis algoritmos aman la certeza: probabilidades, intervalos de confianza, actualizaciones bayesianas. Pero cuando llega la última temporada de Stephen Curry, no hay una distribución posterior limpia. Solo silencio tras el Game 7 de 2016. Esa imagen—su rostro marcado por una derrota callada—todavía atormenta mis visualizaciones.

Cuando las Métricas Encuentran el Duelo

La carrera de Curry ha sido estadísticamente icónica: MVPs, récords de triples, dos anillos antes de los 30. Aún así, los aficionados aferran ese único anillo perdido como un prior no calibrado en un sistema basado en la esperanza. Como quien usa modelos xG para desmontar narrativas futbolísticas, me fascina cómo los aficionados al baloncesto consideran una temporada ‘perfecta’ como incompleta sin cierre narrativo.

El Mitó del Año Perdido

Sea claro: ningún año fue perdido. Incluso en las temporadas difíciles de 2023–2024, donde salud y química del equipo fallaron, Curry elevó su juego con consistencia mecánica—disparando más del 45% desde fuera a los 36 años. Sus métricas superaron a muchos jóvenes estrellas.

Pero la emoción no funciona con análisis regresivo. Cuando lo veamos salir del campo sin un quinto anillo, muchos no se preocuparán por PER o win shares—solo recordarán sus ojos tras el Game 7.

El Algoritmo del Arrepentimiento

Aquí es donde los datos encuentran la poesía: el arrepentimiento no es binario. No aparece solo cuando una equipo fracasa después de alcanzar su máximo potencial—sino cuando el potencial queda sin explotar a pesar del esfuerzo.

Si Curry se retira con cuatro títulos mientras aún tiene capacidad para ganar uno más… eso no es fracaso—es tragedia envuelta en expectativa.

Y sí—yo también lo sentiría. No porque esté emocionalmente comprometido (no lo estoy). Pero porque el modelo me dice: así terminan las leyendas—no con estadísticas impecables, sino con historias inconclusas.