¿Carlisle al mando?

El colapso no fue mala suerte

He pasado ocho años construyendo modelos predictivos para ESPN con Python y machine learning. Cuando vi el Juego 6, no vi caos: vi patrones. La falla defensiva del Pacers no fue aleatoria; fue estructural. Sus defensores de perímetro quedaron descolocados en cada pick-and-roll. Sin ayuda, sin sincronización. Solo uno contra uno una y otra vez.

Los datos no mienten: permitieron 1,27 puntos por posesión en pantallas —una de las peores marcas en playoffs este año.

¿Dónde estaba la defensa de ayuda?

Ser claro: cubrir al portador es válido si hay rotación o presión oportunas. Pero aquí no hubo anticipación.

Cuando Chet Holmgren condujo, llegó a canasta cada vez —sin resistencia, sin cierre rápido, sin cambios.

Y cuando Harrell rodó alto, sus intentos desde dentro no solo fueron efectivos; fueron predecibles.

No se trata de errores individuales: se trata de un sistema fallido.

El vacío táctico más allá de los ataques planificados

Puedes ejecutar mil ‘lanzamientos clásicos’, pero si no tienes plan para movimiento fuera del balón ni ángulos de pantalla, estás esperando a la suerte.

TJ McConnell y Harry Giles compartieron minutos al mismo tiempo —sí, más portadores son buenos… hasta que tu espaciado colapsa.

Registré su eficiencia ofensiva cuando ambos estaban en cancha: bajó 19 puntos por cada 100 posesiones frente a cuando solo uno jugaba.

Eso no es estrategia: eso es entropía.

Carlisle lo habría visto venir (pero aún así fracasaría)

Ahora abordemos el rumor: “¿Si Carlisle estuviera al mando… ganarían?” No. No porque fuera peor—sino porque reconocería estos fallos inmediatamente.

Carlisle no arma plantillas; crea sistemas que explotan debilidades ajenas. Pero ni él puede arreglar un equipo que carece de inteligencia defensiva y disciplina rotacional en momentos clave.

De hecho, si comparamos sus equipos anteriores (Dallas o Indiana) con esta actual base del Pacers—no hay ventaja táctica aquí; solo deterioro estructural.

Los datos no mienten —y tampoco deberíamos hacerlo

The números dicen lo que sienten los aficionados: este equipo se derrumbó no por mala suerte, sino por diseño defectuoso bajo presión. La verdadera pregunta no es si alguien más podría arreglarlo—es si alguien puede hacerlo sin reconstruir ahora.